Como ya sabéis, no hace mucho estuve 5 días en Nueva York. Y para el viaje, Samsung España me prestó una unidad de prueba de una de sus cámaras sin espejo, la NX20.

Sobre la Samsung NX20
La cámara a priori recuerda a una cámara bridge, porque el objetivo sobresale, tiene una buena empuñadura, pero es de tamaño reducido comparado con una réflex. Pero lo cierto es que pertenece a ese nuevo segmento de cámaras sin espejo o CSC, cámaras que son de objetivos intercambiables, con sensor de tamaño bastante grande (APSC) y con 20,3 megapixels, pero sin las limitaciones de peso y tamaño que impone el uso del espejo.

En este caso, quizás el diseño no sea tan diferente de las cámaras tradicionales como en el caso de las NEX de Sony, pero estamos hablando de una cámara con un muy buen grip, una pantalla AMOLED basculante de 3 pulgadas, un visor digital que, aunque no tiene demasiada resolución, cumple su cometido, y además Wifi integrado.
En mi caso, estoy acostumbrado a una réflex, así que intenté hacer mis primeras fotos con la pantalla girada hacia dentro y usándola al modo tradicional, pero aunque el visor no está mal, no es demasiado grande y rápidamente eché de menos el visor óptico de mi réflex.
La prueba con la Wifi fue curiosa, porque subí fotos desde la cámara directamente a Facebook, conectado a la red de casa, y luego probé la aplicación que Samsung ofrece de forma gratuita en la App Store (yo uso iPhone) para sincronizar fotos con la cámara y luego ya desde la cámara subirlas a Instagram, por ejemplo. Mi experiencia aquí no fue todo lo buena que yo esperaba, ya que el proceso es algo lento, y tardas en disponer de las fotos en tu móvil. No es de extrañar que la propia Samsung sacara luego la Galaxy Camera, porque al final teniendo las aplicaciones y la conexión a Internet directamente integradas en el teléfono, el proceso es mucho más sencillo.

La cámara que me prestaron (y que ya devolví, con mucha pena :D), venía con un objetivo 18-55, que al igual que pasa con muchas réflex, no está mal pero le falta luminosidad, pero es la manera de hacer el conjunto algo más barato. Luego me dejaron dos objetivos de focal fija, un 60mm macro de apertura máxima f/2.8, que lo disfruté mucho a la hora de hacer fotos gastronómica (la foto del manual de instrucciones de la cámara está hecha con ese objetivo) y un pancake de 16mm, de apertura máxima f/2.4 que fue el que más utilicé.
En Nueva York con la NX20
Como os digo, cuando probé todos los objetivos, el que más disfruté fue el pancake de 16mm, que con el factor de recorte es como si tuviéramos un 24mm, que es un angular fantástico. Además, con esa apertura máxima de f/2.4, permitía tomar fotos en condiciones de poca luz, o jugar mucho con el bokeh.
Además, que acostumbrado al peso de mi réflex, que junto con el objetivo que suelo usar ahora más a menudo hablamos de 1,5 kilos, tanto por peso como por tamaño la NX20 más el 16mm resultaban comodísimos. Así, hubo momentos en los que dejé la réflex en la habitación del hotel para salir a pasear y hacer fotos sólo con esa NX20.
Y ahora sí, acompañadme un poco por el viaje a Nueva York. Volamos con Air France en un fantástico A380 en clase Premium Voyageur, y además pusimos pasar a ver la cabina. Parte de las fotos que hice dentro del avión las hice con la Samsung NX20.

Tras tardar más de la cuenta en salir del aeropuerto y recién llegados al hotel Jolly Madison Towers, propiedad de NH y tras deshacer maletas y asearnos un poco, salimos a cenar una hamburguesa a 5 Napkins, que habíamos quedado con un amigo periodista que residía en Nueva York.
El hotel está pegado a la avenida Madison, muy cerca de la 5ª Avenida y de Times Square, y por el camino pasamos por Bryant Park y pudimos ver la Biblioteca Pública con el rascacielos del Bank of America (esta foto ya os la puse en grande :D).

Antes de llegar al restaurante, pasamos por Times Square, que como os digo quedaba muy cerca. Allí pudimos admirar toda la gran marabunta de gente y los neones y tickers con noticias que tan famosos son, y los neones con la bandera de Estados Unidos en la caseta para alistarse que hay. Una pasada de sitio, independientemente de las veces que hayas estado allí.

Al volver de la cena, y debo decir que el 5 Napkins en Nueva York me gustó bastante más que el de Boston, cruzamos de vuelta por Bryant Park pero por el lado contrario al que habíamos venido, y desde allí, un poco más alejado, se divisaba la silueta iluminada del edificio Chrysler, uno de los más bonitos que hay en Nueva York.

El día siguiente no fue muy reseñable porque sabíamos que iba a hacer muy malo y a caer muchísima agua, así que nos fuimos al mall Jersey Gardens a aprovechar el cambio tan favorable y renovar armarios. Tanto es así que yo salí de allí con una maleta extra en la que guardar todas las compras que hice.
Lo que hicimos fue ir hasta la Port Authority Bus Terminal, en la 9ª Avenida entre las calles 40 y 41 oeste, ya que allí salen autobuses que van hasta este mall. Por el camino pude hacer varias fotos de las bocas de metro, de edificios cercanos a la estación de autobuses, e incluso alguna haciendo el tonto dentro de la estación jugando con unas estatuas que había por allí.

Por la noche estuvimos cenando en un restaurante italiano con otro amigo de por aquí emigrado a Nueva York, Daniel Rodrigo, que se lo está montando muy pero que muy bien, y allá que fuimos al Village. Aquí fue donde la cámara se comportó peor, porque había muy poca luz en el restaurante, y el nivel de ruido a ISOs elevados era bastante alto. En el set de Flickr que tengo con las fotos de la Samsung NX20 he incluido una foto del interior del restaurante a ISO 3200 y es muy, muy ruidosa.
Al día siguiente entramos en la Biblioteca Pública, ya de día, que es una visita obligada (os hablaré con detalle de ella más adelante) y luego pasamos por el Rockefeller Center para comprar billetes para subir al Top of the Rock, uno de los miradores más nuevos de Nueva York y de paso admirar su pista de patinaje sobre hielo, que por suerte todavía seguía estando montada. Yo, además, visité una Lego Store que hay justo allí, pero no compré nada (más que nada porque ya lo había hecho en la Lego Store del centro comercial en el que habíamos estado el día anterior :D).

Con las entradas en la mano, nos fuimos hasta la punta sur de Manhattan para subir al ferry de Staten Island, y ver así de cerca pero sin tener que esperar colas, la Estatua de la Libertad y la isla de Ellis, a la que llegaban todos los inmigrantes a los Estados Unidos hace años.

Este ferry es una de las formas más populares de ver de cerca la estatua porque es gratuito, y las colas que hay para ir a la estatua son de varias horas a veces. Es curioso porque una vez que se llega a Staten Island, prácticamente todo el pasaje del ferry desembarca y vuelve a embarcar en el ferry que sale de vuelta a Manhattan :)
De aquí fuimos a comer la que se convirtió en la mejor hamburguesa que he probado nunca, la de Minetta Tavern, de la que también os hablaré, y posteriormente dimos un pequeño paseo por Washington Square Park admirando su arco de triunfo dedicado al primer presidente del país.

El plan de la tarde era la subida al Top of the Rock, que es fantástico. Además, desde él se puede ver el Empire State Building que hace que el skyline de Nueva York sea mucho más atractivo. También se puede ver mejor el norte de Manhattan, ya que tienes Central Park cerca y no hay tantos edificios altos que tapen la vista.

La única pega es que el Flatiron no se ve, o al menos yo no lo vi, y el edificio Chrysler queda bastante tapado por el de Netlife, que quedan bien en la foto conjunta pero es una pena. En cualquier caso, no era mi primera vez allí, en el TOR, pero no me importó repetir. Fuimos a la hora a la que caía el sol para poder aprovechar al máximo las horas en la ciudad y hacer fotos en la hora azul, con los últimos rayos de sol del día y el comienzo del anochecer.

El día siguiente teníamos visita guiada al estadio de los New York Yankees, uno de los equipos más míticos de béisbol en el mundo entero, como parte de las actividades organizadas por Samsung con los medios españoles invitados a la presentación por la tarde del nuevo teléfono Galaxy S 4.

Tras una visita muy interesante, nos separamos momentáneamente del grupo para ir a hacer compras a la Apple Store de la 5ª Avenida y su famoso cubo de cristal en superficie, comimos en Shake Shack (las mejores hamburguesas «no gourmet» que existen, para mi gusto, y tan buenas como las que probé en Miami).

Ya por la tarde nos acercamos al Radio City Music Hall, que es donde Samsung había convocado a medios de todo el mundo para la presentación mundial de su nuevo teléfono de gama alta.

El evento fue muy curioso, con una teatralización que mostraba las nuevas funcionalidades del teléfono. Mucho se ha hablado de ese evento y del propio teléfono en sí, así que no os liaré la cabeza aquí, pero de nuevo la cámara se portó estupendamente.
Al día siguiente, nuestro último día en Nueva York, fuimos hasta Brooklyn a visitar las oficinas centrales de Etsy, que todo el mundo llama el eBay de la artesanía, ya que todo lo que se vende a través de este portal tiene que estar hecho de forma artesana. Las propias oficinas son prueba de ello, porque se da la oportunidad a los artistas a que acudan allí libremente y hagan sus proyectos, como hacerles una funda de ganchillo a los conductos de ventilación del techo, y cosas parecidas. Nos pareció muy interesante.
Por supuesto, ya que estábamos por allí, no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar el Brooklyn Bridge Park, que tiene unas vistas magníficas del Puente de Brooklyn y del Puente de Manhattan, así como del skyline de Manhattan.

Y de allí al hotel de vuelta para salir hacia el aeropuerto, y a casa. En este caso, aunque el plan original era volver en otro A380, lo hicimos en un 777-200ER por causa de las fuertes nevadas que cayeron en París el día después de nuestra partida, y que hicieron que se trastocaran muchos vuelos.
Conclusión sobre la NX20
Como habréis podido comprobar, a la hora de hablar de mi experiencia con la NX20 no he querido hacer un post técnico, en primer lugar porque no soy tan experto, aunque sí podría haberos puesto muestras a diferentes ISOs, haber hablado de distorsiones y demás.

Por el contrario, he preferido hacer algo más experiencial, y ya que yo llevé la cámara conmigo durante los 5 días del viaje, os he mostrado fotos de esos 5 días, de lugares muy icónicos de la ciudad de Nueva York, para que veáis cómo se comporta la cámara en una situación real en la que vosotros mismos os podríais encontrar.
Al final, con un objetivo de tipo pancake, la cámara es una gozada, es sencilla de utilizar si venís del mundo réflex, salvo tal vez el enfoque manual, acostumbrado yo como estoy a que mis objetivos de Canon tengan enfoque FTM o Full Time Manual. También eché de menos una mayor facilidad para seleccionar el punto de enfoque que quiero utilizar, cosa que en mi cámara hago con un pequeño mando que manejo con el pulgar.
La única pega es la que os comentaba, si la iluminación es baja, la cámara a ISOs altos flaquea un poco, pero en otras fotos nocturnas que habéis podido ver en este mismo post podéis ver que tiene muchísima calidad, porque había mejor iluminación ambiente, incluso a ISOs relativamente altos.
El set de fotos completo de la NX20 lo tenéis en mi Flickr, por si queréis ver alguna foto más que no he puesto en la entrada.