Hoy se acaba el viaje a Nueva York que estaba haciendo. Y para no perder la temática, os dejo con otra foto de mi anterior visita a Nueva York, en marzo de 2009: el Empire State Building medio oculto tras la miriada de edificios altos de Manhattan.

Son tantos los rascacielos y edificios altos de Nueva York que llegas a acabar con tortícolis, y siempre es una gozada mirar hacia arriba. Pero si además estás cerca de donde se encuentran edificios tan emblemáticos como este Empire State Building, o el edificio Chrysler, por ejemplo, encontrarte con su silueta agazapada detrás de otros edificios es un gustazo.
Te hace sentir casi como si estuvieras en una película, un poco irreal. Y es que Nueva York tiene ese efecto en mí desde la primera vez que pisé la ciudad.