ACTUALIZACIÓN: el restaurante cerró sus puertas hace ya algún tiempo, en 2016.
Hace unos días tuve la suerte de ser invitado a una cena en Asiana Nextdoor por Google Local Madrid. No era más que una cena de agradecimiento de Google Local a lo que ellos llaman sus power users o expertos locales, es decir, usuarios que han compartido un gran número de reseñas de locales, ya sean restaurantes, museos, tiendas, cafeterías, etc., de todo Madrid. Yo ahora mismo llevo 133, por ejemplo, y al final siempre que visito un sitio nuevo agrego mi opinión, y como suelo hacer fotos con el móvil, luego añado imágenes al local.

De hecho, en la última newsletter cuentan eso mismo, y que harán más actividades específicas para este grupo de gente, aunque supongo que si crece demasiado, empezará a ser complicado poder invitar a todo el mundo :D.
Esta vez, la primera que se organizaba algo así, estuvimos como digo en Asiana Nextdoor, la versión más asequible de Asiana que Jaime Renedo abrió en 2009 en el local de al lado (lo del nombre no es por casualidad, como veis :D).

¿Y qué se come aquí? Pues mucha comida fusión japonesa, china, coreana y del sudeste asiático con toques peruanos. Todo viene además servido en una vajilla muy bonita, y visualmente los platos entran fácilmente por los ojos, además de que el servicio es agradable y te explican absolutamente todo lo que vas a comer, sus orígenes, los ingredientes uno a uno, etc.
Nosotros probamos un menú degustación que os cuento a continuación, que es el más largo de los 2 que tienen y cuesta 45 euros. El otro lo tenéis por 35 euros, y en cualquier caso, aunque parezcan platos pequeños y raciones pequeñas, son muchos platos diferentes y no se sale con hambre, con la ventaja de que podéis hacer un viaje por la fusión asiática-peruana fantástica.
Comenzamos con una ostra con granizado de ponzu, de inspiración japonesa, muy refrescante y una gran manera de comenzar la cena.

Luego llegó el turno del mejillón Nam Jim y del kimchi de zamburiñas, al estilo coreano, y uno de los platos estrellas de Asiana Nextdoor. Muy curioso además que había que comerlo todo de golpe y exprimir la lima en la boca al final, para tener todos los sabores mezclados. Muy ricos, pero mejor el kimchi que el mejillón. Un toque ligeramente picante para el kimchi, por cierto, pero no excesivo.

Probamos entonces la ensalada vietnamita de langostinos y mango verde con aliño firecracker, que también tenía un cierto toque picante, algo más acusado que en el caso del kimchi. Como los platos anteriores, éste también se comía con la mano, lo que le da un toque diferente y hace de la cena algo más informal pero no menos intenso de sabor.

Llegó entonces el turno de los tiraditos. Comenzamos con un de bonito nikkei muy rico, aunque suelo preferir el atún antes que el bonito ya que tiene un sabor más potente.

El siguiente fue un tiradito de corvina con una salsa a base de ajíes que le daba un toque picante. La corvina es un pescado elegante pero con un sabor tan sutil que, a mi juicio, quedaba eclipsada por la salsa de ajíes.

Los dos siguientes tiraditos, el de pulpo con alioli de cilantro y uno de salmón me encantaron (en la foto, el de salmón).

Seguimos por un satay balinés, un plato típicamente indonesio de pollo que también estaba muy bueno. En este caso, el sabor de la salsa de cacahuete que suele llevar el satay era más sutil ya que al llevar otra salsa en la que mojar, los sabores se mezclaban.

Le siguió un Nem Tom mestizo (un rollito típico vietnamita) de cerdo y gambas con hierbas aromáticas y luego un Hong Kong Pork Pancake que sencillamente me encantó.

También probamos un nikuman algo especial, ya que en este caso llevaba mozzarella de búfala (un pan al vapor de origen chino que va relleno) con además llevaba setas shiitake. Estaba bueno pero como el sabor del pan en un nikuman siempre es algo soso, y es el relleno lo más importante, la mozzarella tiene también un perfil de sabor poco intenso.

El siguiente plato que probamos fue uno de mis favoritos, el dumpling de gambón con Pedro Ximénez XO, típicamente chino en origen pero con esos toques claramente españoles. Lleno de sabor, intenso y muy satisfactorio.

Luego llegó el turno del ravioli de rabo de toro (en la foto), quizás algo más convencional porque nos queda todo más cercano, pero también muy bueno, y un soft shell crab.

Y llegó el turno del curry. Probamos un curry verde de pollo (en la foto), un plato tailandés que llevaba un toque picante justo, supongo que para poder ser apto para todos los paladares, y pese a ello alguno de los comensales lo encontró demasiado picante. También probamos además otro curry, en este caso de presa ibérica, que estaba de vicio.

Y los postres, un trío de sorbetes: naranja sanguina, muy bueno pero no le encontré demasiado el sabor especial de este tipo de naranja, otro de albahaca genovesa y lima que fue mi favorito, porque además tenía el sabor menos habitual, y por último uno de frambuesa, más clásico.

Además, también probamos un lemongrass cheesecake con sorbete de frambuesa que estaba delicioso.