Me gusta mucho la fotografía de larga exposición diurna, aunque implique tener que cargar con algo más de equipo de lo normal. Por supuesto, no cualquier sitio es susceptible de quedar bien retratado de esta manera así que no es algo que haga a menudo. Pero el puente romano de Córdoba se prestaba perfectamente.
Aprovechando que pasé allí el primer fin de semana de mayo decidí apostarme en el precioso puente romano con vistas a la mezquita-catedral y esperar a que empezara a pasar gente (si queréis saber todo lo que se puede hacer en Córdoba en sólo 2 días, tengo otro post perfecto para eso).

Algo que en este sitio ocurre constantemente, todo hay que decirlo. Un trípode estable, un filtro ND400 que quita 10 pasos de luz, poner la ISO de mi cámara a 50, que le resta otro paso de luz respecto al valor por defecto que es 100 y no se necesita nada más. Con esto la exposición, incluso en un día tan soleado y caluroso como aquel, es de varios segundos. Más que suficiente para que la gente que camina por allí quede reflejada en la foto pero de esta forma tan «fantasmagórica».
Espero que os guste este adelanto, porque tengo varios post de Córdoba pendientes, ya que la visita dio muchísimo de sí.