Con una descripción en su web que reza «las mejores hamburguesas junto al Matadero de Madrid», ¿cómo no pasarme por Costello Río para comprobarlo in situ?

Estamos ante el hermano pequeño de Costello Club, abierto en 2012 y con las hamburguesas con plato fuerte de su carta, y con un local amplio y luminoso. La estética está bastante cuidada, y además también tienen una terraza, aunque con un suplemento del 10% sobre el precio de carta. Carta que, por cierto, tenéis completa en su web (que os enlazo más abajo).

Es un sitio perfecto para ir con niños porque suelen tener mesas grandes, tiene cerca Madrid Río con muchas de sus zonas de ocio, y el día que yo fui, que coincidió además que era el Día Universal de los Derechos de la Infancia, estaba a tope de familias con niños, y la verdad es que nadie puso ningún problema.

Las hamburguesas
Teniendo en cuenta que es la estrella del menú, es lo que había que pedir, ¿verdad? La oferta no está del todo mal, aunque si sois comilones puede que el tamaño de las hamburguesas os resulte escaso. Hablamos de 150 gramos de carne de ternera, como en las hamburguesas de la Cafetería HD, a precios que van desde los 6 euros de la Sencilla, que sólo lleva queso cheddar, a los 9 euros de la Iberíca, con jamón ibérico y queso Idiazabal.
Además, cuentan con dos hamburguesas algo más especiales: la Lechón (7,50 euros), que lleva carne de lechón asado a baja temperatura y desmechado y la Gran Cajuna (9,50 euros, la más cara y la que pedí yo), que cambia la ternera por buey, marinada en salsa teriyaki, y aumenta el tamaño a 200 gramos añadiendo además una rodaja de piña a la plancha, cheddar, lechuga, tomate y salsa cajuna. Sea lo que sea eso de la salsa cajuna, que parece más bien una salsa barbacoa. Las hamburguesas vienen todas con patatas fritas.

Ya sabéis que decir «buey» es, en muchos sitios, un eufemismo de «vaca vieja», y es que no hay tanto buey como nos intentan hacer creer. Además, el precio del buey, cuando se encuentra, no es barato, y 200 gramos de buey por 9,50 euros a mí me resulta algo sospechoso.
En cuanto al pan, se puede escoger entre mollete y pan de hamburguesa clásico. En mi caso escogí el bollo americano clásico, pero me decepcionó, porque venía frío y sin tostar, y se desmontaba fácilmente. Cuando te toman la comanda también te preguntan el punto de la carne, pero la verdad es que luego no lo respetan en absoluto, como se puede comprobar en la foto.

Podéis ver que toda la carne es una masa de color gris, que se ha pasado en la plancha bastante más tiempo del requerido. Hasta el punto de que resulta insípida. Me gustaría pensar que es porque aquel día la cocina estaba a tope por la cantidad de gente que entraba y salía, y que era algo excepcional (pero debería dar igual, si das servicio a toda esa gente, deberías asegurar una experiencia homogénea).
El resto de la carta
La carta, además de hamburguesas, tiene sándwiches que sobre el papel parecen interesantes, con tres tipos diferentes de pan para escoger, una sección de ensaladas, y una serie de platos que son ideales para pedir como entrantes, como nachos, tataki de atún, crujientes de pollo en corn flakes, berenjena frita con jarabe de arce, etc. Todos estos platos de entrante se pueden pedir como media ración o ración completa.
En este caso, y para continuar con la experiencia «americana», pedimos los nachos camachos, que llevan pimiento rojo, cebolla picada, queso mozzarella y guacamole fresco. Me resultaron un poco decepcionantes, porque además llevaban muy poco queso.

Pedimos también la berenjena frita con jarabe de arce, y la verdad es que la carta lo vendía mejor. La salsa a base de jarabe de arce estaba buena, pero el plato no era más que bastones de berenjena, de tamaños no demasiado homogéneos, rebozados. Y el rebozado no era excesivamente crujiente.

Eric comió los crujientes de pollo en corn flakes, que tampoco estaban mal pero no le entusiasmaron (es casi peor crítico que yo :D).

De postre pedimos una tarta de cerveza negra con chocolate, que elaboran con Mahou Negra (4,50 euros), que estaba muy buena. También tienen una tarta de Pantera Rosa que es una de las favoritas de la concurrencia además de batidos y zumos naturales.

En definitiva, Costello Río es un restaurante con una carta interesante en cuanto a sándwiches, ensaladas y postres, pero con hamburguesas que no te dejan un gran sabor de boca y un recuerdo perdurable en el tiempo.
A mi lo que me resulta sorprendente es que haya sitios que aún no tengan tu foto expuesta para darte el mejor servicio posible y engañar a todo el mundo luego xD
Uhm…por cómo lo describes no hay nada que sobresalga…así que creo que no probaré por ahora… tengo pendiente otros sitios que van por delante
@Txema jajajaja es una gran idea :D
@Óscar, desgraciadamente, en cuanto a hamburguesas la verdad es que no. Y hablándolo con otras personas, lo cierto es que parece que mi opinión es generalizada.