Nueva York es una de mis ciudades favoritas, y es que mires donde mires, siempre hay una imagen que guardarse en la retina, o en la tarjeta de memoria de la cámara :) No es la primera vez que os enseño además el Puente de Brooklyn, que me parece precioso con su estructura metálica, su paseo central y sus dos torres laterales tan reconocibles.

En este caso, además, podemos ver uno de los icónicos taxis amarillos de la ciudad. ¿Qué hay más neoyorquino que coger un taxi y cruzar este puente? Eso sí, espero que no os subáis en hora punta, ¡porque entonces os saldrá caro!
Ay, qué ganas tengo de volver. ¿Alguien se apunta? :)