A la espera de que pueda encontrar algo de tiempo (tendré que mirar debajo de las piedras) para hablaros de todos los rincones que visité hace algún tiempo en Eslovenia, de momento os voy poniendo alguna foto, para abrir boca, como ésta del patio del Castillo de Liubliana.

El castillo está en lo alto de una colina, pero como la ciudad es pequeñita, es fácilmente accesible, y domina las vistas sobre la capital eslovena. La foto me da punzadas en el corazón, porque está hecha con mi antigua 1D MarkIII y el Sigma 12-24, que en paz descansen :)
Y como os digo siempre, Eslovenia y Liubliana son visitas más que recomendables, yo no tenía muy claro que esperar, porque aunque investigué un poco, no conocía mucho del país, pero la sorpresa fue muy, muy grata. Y me he quedado desde entonces con ganas de volver.