Los que me conocéis un poco sabéis que a mi hijo Eric le encantan los trenes de todo tipo, pero sobre todo, le encanta el shinkansen japonés. ¿A quién habrá salido, me pregunto?
Por eso hoy os pongo una foto suya junto a uno de sus queridos trenes bala, en la estación de Kioto el 2 de enero de 2012, aprovechando que he estado procesando fotos de la serie 700 de tren bala, para una futura entrada de Japonismo.

Ese día habíamos estado visitando el santuario de Fushimi Inari y el hatsumode, o primera visita a un santuario sintoísta del Año Nuevo, y pasamos luego la tarde en Kioto viendo el templo Toji, el Higashi Honganji y Nishi Honganji, el antiguo barrio de placer de Shimabara, y el santuario Yasaka. No se puede decir que no fuera un día muy bien aprovechado.
A la vuelta, en la estación de Kioto, mientras esperábamos a nuestro tren con destino a Osaka (en esos días nuestra base de operaciones era Osaka, antes de ir a Tokio), Eric pudo disfrutar de la gran cantidad de trenes bala que circulan por las vías japonesas.