Los grandes cambios que ha experimentado Bilbao desde que el Museo Guggenheim abriera sus puertas ha hecho que la ciudad tenga un nuevo brío turístico. Y es cierto que hay muchísimo que ver y disfrutar pero, si además nos apetece un poco de turismo relajado, con buenas playas, deportes de aventura y buena gastronomía, la cercana comarca de Uribe es perfecta para ello.
Mucha gente de fuera del País Vasco ni siquiera conoce los municipios de esta comarca de Uribe aunque, como me pasaba a mí, hubiera pasado por ellos en repetidas ocasiones. En mi caso, esta comarca está muy relacionada con una etapa de mi vida de hace ya un buen número de años. Y entonces paseé y disfruté de muchos de los atractivos turísticos de esta zona, sin siquiera pararme a pensar cuál era el nombre de la comarca.
Así que tener la oportunidad de volver junto a varios amigos blogueros fue una decisión sencilla. Pero, ¿qué se puede ver y hacer durante un fin de semana por allí? Muchas cosas y es que el propio aeropuerto al que todos volamos cuando vamos a Bilbao se encuentra en Loiu, que ya está en esta comarca. Allí nos alojamos en el Hotel Loiu, pero luego el propio pueblo es bonito para pasear.
Desgraciadamente, no pude disfrutar de todas las actividades que había planificadascomo por ejemplo el parapente desde lo alto del monte Jata o la comida en Prêt à Porter, el bistró de Eneko Atxa en Azurmendi. O como la visita a Berango y al centro de interpretación del Cinturón de Hierro y a nidos de ametralladoras de cuando la Guerra Civil.
Sin duda alguna, uno de los grandes atractivos de Uribe está en el peculiar castillo de Butrón. Peculiar porque la base del castillo es una casa-torre de la Edad Media, pero en el siglo XIX el marqués de Cubas lo remodeló a fondo dándole ese toque romántico que podemos ver hoy en día. Aunque os cuento más en el post específico que escribí sobre este castillo.

Por lo que nos contaron, su habitabilidad es bastante mala porque la idea era que fuera bonito, no un lugar para vivir. Eso sí, durante un tiempo estuvo abierto y hasta había espectáculos medievales. Actualmente, sin embargo, está cerrado y en venta. La visita, por tanto, es relativamente rápida pero interesante.
Tras esto podemos aprovechar para ver el precioso Palacio de Urgoiti, un hotel de 4 estrellas con una curiosa historia, ya que el edificio data de finales del siglo XVII pero se encontraba en Galdakao, no en Mungia. Pero en 1968 a causa de la construcción de una autopista fue expropiado. La idea era derribarlo, pero su propietario lo desmontó piedra a piedra. Y en 2004 comenzó la reconstrucción en su emplazamiento original.

Además de un fantástico hotel, en su terraza se puede aprovechar para hacer eventos y, si estamos por la comarca de Uribe, puede ser una buena idea informarnos de qué hay planificado. En nuestro caso había un taller de germinados y otro de talo, este último a cargo de Aitor Aurrekoetxea, que va por todo el País Vasco haciendo talleres como el que nosotros pudimos disfrutar.
El talo es un plato muy popular que encontramos en todas las fiestas populares vascas que consiste en una torta hecha con harina de trigo tostado y luego a la plancha, con chorizo dentro.

Se ha vuelto tan popular que ahora el talo también se encuentra relleno de morcilla, queso, incluso chocolate, pero el típico es de chorizo. Y hacerlo no es demasiado complicado en la teoría, ya que hay que hacer una masa con esta harina, agua y un pellizco de sal. La cuestión está en saber exactamente la proporción de harina y agua, porque cambia mucho el resultado final.
Lo bueno de estar en el Palacio de Urgoiti es que estamos en el municipio de Mungia, con lo que podemos acercarnos hasta la propia Mungia para comer o cenar y visitar su ayuntamiento o acercarnos a ver Foruen Enparantza, el antiguo centro de la vida social de la ciudad y con una plaza porticada, que sigue siendo la zona con más animación de Mungia.
Aunque sin duda una de las construcciones que más llaman la atención en Mungia es la iglesia de Andra Mari. Iglesia que estaba en un estado tal de abandono que ahora mismo sólo queda el frontal y poco más, pero que sirve como punto de reunión semanal para el mercado en el que los baserritaras (la gente de los caseríos) venda los productos de sus huertas. Esto es posible gracias a la estructura de metal y cristal que se construyó utilizando los restos que quedaban en pie.

Allí también encontramos la casa de la cultura, que ocupa la casa-torre de Torrebillela y la iglesia de San Pedro, cuyas piedras están tan impolutas que casi parece de nueva construcción.
Pero no podemos irnos de Uribe sin pasar por Bakio, un municipio muy popular entre los bilbaínos que a menudo tienen una segunda residencia aquí.

Un lugar conocido por su playa, en la que es muy frecuente la práctica del surf gracias a sus fantásticas olas. De hecho, en el pequeño rato que estuvimos por la playa pudimos ver mucho movimiento de surfistas.

Pero Bakio también es conocida por su txakolí y por eso existe Txakolingunea, un pequeño museo dedicado al mundo del txakolí en el que además también nos explican parte de la historia del municipio, nos cuentan sobre las variedades de txakolí, la uva utilizada, etc.

Y ya que estamos inmersos en el mundo del txakolí podemos también visitar una de las varias bodegas de txakolí que existen por la zona, con unas vistas espectaculares del valle en el que se encuentra Bakio. Nosotros estuvimos en las bodegas Doniene Gorrondona, con un taller muy interesante sobre el txakolí.

Lo mejor del taller es que pudimos aprender sobre las diferentes variedades de txakolí (para mí fue la primera vez que probaba el txakolí tinto) y pudimos probar dos tipos diferentes de txakolí, además de poder probar el vino una vez que los azúcares han sido convertidos en alcohol pero todavía no está listo para salir al mercado.

Si pasáis por Bakio, por cierto, no podéis dejar de visitar la preciosa ermita de San Juan de Gaztelugatxe que, aunque pertenece a Bermeo, resulta que no se puede ver directamente desde allí y sí desde Bakio.
Este lugar se ha puesto muy de moda entre el turismo reciente desde que hiciera las veces de Rocadragón (Dragonstone) en la serie Juego de Tronos y la Casa del Dragón.

Pero si buscas más playas bonitas o lugares fantásticos por los que pasear hay varias opciones. La opción de playa tranquila, con muchísimos bares alrededor en los que poder repostar, la tenemos en Gorliz y Plentzia, dos localidades que merecen mucho la pena. En el caso de Gorliz, hay un nuevo paseo marítimo fruto de unas actuaciones que han permitido recuperar la playa.

Y Plentzia es uno de esos pueblecitos que parece sacado de un cuento con casitas antiguas y pequeñas barcas en el puerto, pero también moderno ya que cuenta con un puente o pasarela peatonal que conecta la estación de metro (aquí acaba la línea 1 de metro de Bilbao) con el pueblo, a cargo de Javier Manterola.

Pero si queremos una zona para pasear con playas más bravas, acantilados preciosos y una historia geológica fascinante, entonces podemos pasear entre Meñakoz y Barrika. Allí podemos admirar el flysch, unas formaciones que son como un hojaldre de rocas y que están catalogadas como uno de los grandes afloramientos geológicos del planeta.


Y llegados a Barrika, existen unas escaleras que permiten salvar la distancia desde lo alto del acantilado hasta la playa y, dejadme que os diga que todo este precioso paseo es perfecto para hacerlo al atardecer, porque las vistas y los colores que se pueden disfrutar son espectaculares.

Pero no todo tiene que ser pasear, ya que también existe la posibilidad de subir al monte Jata en 4×4. Estos paseos suelen durar unas 3 horas, aunque dependiendo de las necesidades se pueden acortar si no se dispone de tanto tiempo (como nos pasó a nosotros). El camino es espectacular y es una gozada disfrutar de esta actividad.

Además, por allí encontramos miradores desde los que podemos disfrutar de vistas de Bakio y su valle, incluyendo San Juan de Gaztelugatxe. Por supuesto, si no queremos hacerlo de esta manera, podemos hacer senderismo, ya que toda la comarca de Uribe con sus zonas costeras y montañosas es perfecta para esto.

Eso sí, todo lo que os he contado hasta ahora hace referencia a actividades que se pueden hacer por allí o sitios que se pueden ver. Pero no podemos olvidar que el País Vasco es también famoso por su gastronomía, así que podemos decidirnos por visitar una sagardotegia o sidrería y tomar uno de los típicos menús de sidrería.
Podemos ir a restaurantes de cocina más moderna y adaptada para todos los públicos, como Ene Bada en Mungia o disfrutar de una buena alubiada con todos sus sacramentos, que nosotros hicimos en el restaurante Aurrekoetxe (también había txuletón :D).


O si queremos comida casera podemos ir hasta el restaurante Begoña, en Gorliz. Buen producto, elaboraciones sencillas (aunque se atreven ya con cocciones a baja temperatura, incluso, ya que dispone de un Roner).
O, por supuesto, como os comentaba al principio, para los que quieran darse un homenaje, se puede visitar Azurmendi, el triestrellado restaurante de Eneko Atxa, que cuenta también con un bistró con gran producto igualmente pero mucho más apto para todos los bolsillos. Pero como comprenderéis, en el caso gastronómico hay tantas opciones como queramos.

Como podéis ver, la comarca de Uribe tiene muchísimo que ofrecer y está a muy poca distancia de Bilbao, así que es ideal para completar la visita turística a la capital vizcaína.
Pues me lo apunto, porque hemos estado varias veces en Bilbao, pero no en esta comarca. Y además, soy coleccionista de «Calatravas» y este me falta! ;)
Yo es que durante un tiempo tuve mucha relación con esta comarca y claro, me la pateé pero bien :)))
Cómo mola lo de coleccionar Calatravas :) Al menos este no está desconchado ni nada, y que yo sepa no hay malos rollos con él :)
¡Qué buena pinta tiene todo! Algunos lugares lo conozco, que pena no haber podido ir al viaje :( Me apunto los tips!
Jo, pues sí Laura, una pena. Apunta tips y dale caña, que mola mucho (a mí me encantó volver… aunque había estado con «mi» Laura en 2011 también :D)