Como ya os he comentado antes, la ciudad noruega de Stavanger es un punto de partida perfecto para descubrir los fiordos o, por qué no, aventuraros a subir al Púlpito (yo lo hice!). Pero no debéis dejar pasar la oportunidad de visitar su casco antiguo o Gamle Stavanger (Gamle significa viejo).

La zona recibe el nombre de Straen, justo en el lado oeste de Vågen, el nombre que recibe la lengua de agua que entra en Stavanger. Y como nos cuentan a la entrada del barrio, su desarrollo comenzó en los siglos XVII y XVIII. En 1766 y 1768 hubo incendios que dañaron seriamente esta zona, que tuvo que ser reconstruida. Así, la mayoría de las 173 casas de madera que encontramos hoy, datan de entre 1820 y 1870.


Entonces, los comerciantes construyeron allí sus almacenes, justo con vistas al puerto, de forma que fuera fácil la carga y descarga. Y para aprovechar, construyeron sus casas detrás de estos almacenes. De hecho, desde varias de las calles y desde alguno de los patios existentes en la actualidad se puede ver el puerto.

Tras la Segunda Guerra Mundial toda esta zona estuvo a punto de ser demolida, debido a los nuevos planes urbanísticos para la ciudad. Pero por suerte, entre el Ayuntamiento y la Foreningen Gamle Stavanger comenzaron a hacer trabajos de restauración y recuperación en parte del casco antiguo. Entre 1957 y 1974 se promulgaron leyes para proteger toda esta zona, que entonces recibió el nombre de Gamle Stavanger.


Hoy en día lo que vemos es un barrio muy recoleto, con casas pintadas en blanco, la mayor parte de ellas de propiedad particular, el suelo de las calles de adoquín, y todas, absolutamente todas las casas, restauradas. No en vano, en 1975, Año de la Arquitectura en Europa, Gamle Stavanger fue reconocido como uno de los ejemplos de cómo se podían rehabilitar zonas antiguas sin que perdieran ni su carácter ni su utilidad.

Como podéis ver, cuando yo estuve visitando Gamle Stavanger llovía, pero entre las calles adoquinadas, las fachadas encaladas y las flores por doquier, daba lo mismo, porque resulta precioso de una u otra forma. El set completo de fotos, por si quieres ver más imágenes, lo tienes en mi Flickr.
Yo viví tres meses al lado de Gamle Stavanger, y era un placer pasear cada tarde por sus calles. Has capturado muy bien su ambiente.
Mil gracias Mario! Ya no estás entonces por allí? Supongo que tiene que ser una zona cara, no, al estar tan bien conservada y protegida…
No, estuve tres meses en un apartamento mientras buscaba una casa. La zona es extraordinariamente cara, no me extraña, la verdad.
Ya decía yo… Es que tenía pinta. Tan buena situación, tan bien cuidada…
Genial Luis, un barrio perfecto para callejear sin prisas.Entro de nuevo a través de tus fotos a rememorar un gran viaje. Lo cierto es que Stavanger resultó una grata sorpresa, ¿volvemos?, jejeje ;-)
Gracias por el comentario amigos! A ver si nos vemos pronto, que anda que no lo pasamos bien ;)
[…] ciudades con más madera de Europa y tiene casi 20 museos. La parte más coqueta es, sin duda, el Gamle Stavanger, varias calles adoquinadas y jalonadas por 173 casas de madera blanca y con flores y adornos muy […]