Hace unos años decidimos pasar el cumpleaños de Laura en Venecia, y la verdad es que fue un viaje que disfrutamos de lo lindo, ya que fuimos suficientes días como para poder conocer Venecia bastante a fondo, e incluso algunos lugares cercanos como Murano, Burano, Torcello, Verona o Padua.
Y una foto que estaba empeñado en hacer, usando el trípode, era captar el vaivén de las góndolas amarradas al caer la tarde, en plena hora azul. Algo como lo que veis aquí.

La foto la hice con trípode, aunque como soplaba algo de aire, no las tenía todas conmigo, porque por aquel entonces mi trípode era bastante malo. Y no me cansaré de repetirlo, si el conjunto cámara y objetivo son algo pesados (yo hice esta foto con una Canon 20D con grip con un objetivo Canon 24-70 f/2.8 L, es decir, casi 2 kilos), un trípode que sea robusto y estable es una necesidad.
La foto está hecha con una apertura de 7.1 y una velocidad de 25 segundos. Probé varias velocidades, claro, pero con valores más lentos el efecto en las góndolas no era lo bastante pronunciado para mi gusto y por eso precisamente decidí esa apertura, porque un valor más cerrado me hubiera obligado a utilizar velocidades más altas.
Andá, qué bueno!!! Me ha encantado la foto, Luis. Y la explicación de cómo la hiciste, tengo que probar…
Gracias por el comentario Gonzalo! La verdad es que técnicamente la foto no tiene mucho misterio, sólo requiere del trípode, y al final, la combinación de apertura y velocidad de obturación es un poco prueba y error, porque hasta que no haces la primera no sabes si el efecto va a quedar como tú quieres o no…
Preciosa esta foto Luis! 5 estrellas!
Gracias Kenzo, me alegro de que te guste!