Hace justo una semana que volví a la rutina diaria tras un nuevo viaje a Japón, uno en el que visitamos algunas ciudades en las que nunca antes habíamos estado en Hokkaido y aprovechamos, en Tokio, para disfrutar de la impresionante gastronomía de la capital japonesa.
Volví con muchísimas fotos pero lógicamente, no están procesadas aún (así que ilustro esto con fotos del iPhone) y con muchos contenidos que acabarán apareciendo tanto en el blog como en Japonismo, pero ahora que el recuerdo está fresco, quería compartir con vosotros lo que fue el viaje. Quién sabe, es posible que alguno queráis hacer algún viaje parecido y así tenéis una idea de cómo organizarlo.
¿Por qué en febrero?
Si nos leéis en Japonismo, sabréis que nos gustan los festivales tradicionales japoneses, que los hay durante todo el año. Pero en febrero tienen lugar algunos muy especiales en Hokkaido, la isla más al norte de Japón, relacionados con la nieve y el hielo. Y se hacen durante este mes porque es cuando más nieve hay, claro.

Poder ver en directo estos festivales era algo que teníamos en nuestra lista de pendiente desde hacía mucho tiempo, así que fue una motivación importante para hacer este viaje.
Nieve, nieve y más nieve
No sé si fue el cambio climático o qué, pero justo llegamos a Tokio (con un vuelo de conexión a Sapporo pendiente), el día después de la mayor tormenta de nieve en la capital de las últimas décadas. El vuelo a Sapporo, al igual que tantos otros, se canceló, y pudimos ver en Narita un caos organizado tremendo. Caos porque estaba todo lleno de gente por todos los pasillos, algunos resignados a pasar una o dos noches allí, pero organizado porque al fin y al cabo los japoneses suelen responder muy bien a este tipo de situaciones, las colas eran perfectas, la gente tenía sus sitios ya ocupados intentando molestar lo menos posible, con los sacos de dormir y los cartones que el aeropuerto había repartido a la gente.

Al saber que no podríamos volar a Sapporo intentamos salir del aeropuerto en tren. Pero las líneas estaban cortadas. Pensamos en un autobús, pero no circulaban. Pensamos entonces en taxis, pero las autopistas estaban cortadas y los pocos taxis que hacían el recorrido nos contaron que tardaban unas 6 horas en llegar a Tokio y con unos precios brutales. Pensamos en hacer noche en alguno de los hoteles alrededor de Narita, puesto que los autobuses gratuitos a los hoteles sí funcionaban. Pero no éramos los únicos en pensar algo así, claro, y no había vacantes. Total, que estábamos atrapados en el aeropuerto.

Al final, al cabo de 10 horas de espera, las líneas de tren se abrireron parcialmente, así que conseguimos subirnos a un tren que en dos horas y media nos acabaría dejando en la estación de Tokio. Allí compramos billetes de tren para subir hasta Sapporo, aunque fuera un día tarde, y reservamos una habitación de hotel en el Tokyo Station Hotel, ya que teníamos noche de hotel reservada, pero en Sapporo, y estaba claro que esa noche la tendríamos que pasar en Tokio.
No hay mal que por bien no venga
Sí, fue un estrés pasar por todo esto, y está claro que tuvimos que gastar más dinero en el tren y en el hotel. Pero bueno, en compañía estas cosas siempre se pasan mejor. Y poder tener a alguien a tu lado compartiendo estos momentos y animándote mutuamente, son cosas que unen.
Además, para un aficionado a los trenes como yo, aunque el trayecto de Tokio a Sapporo en tren es largo, implicaba subirnos a un Hayabusa, uno de los trenes más modernos y bonitos de la flota de trenes bala japoneses.

Luego teníamos que cambiar a un expreso limitado que cruzaba hasta Hokkaido por el túnel de Seikan, un túnel submarino que salva el estrecho de Tsugaru, y que tiene 53 kilómetros, más de 23 de los cuales se hacen bajo el lecho marino. Y luego, a otro expreso limitado más.
Y no, en el túnel no sé ve nada especial, pero es un todo un hito decir que has circulado por el túnel ferroviario más largo del mundo :) Además, los paisajes de Hokkaido que se veían desde los dos trenes que tomamos tras bajar del shinkansen o tren bala eran espectaculares. En algunos cercanos cercanos a la costa, viendo pequeños pueblos cubiertos de nieve y el mar invernal, grandes campos también cubiertos de nieve, con preciosas montañas muy cercanas también hasta arriba de nieve. Mucha nieve, pero muy bonito.


Además, con la tontería de que teníamos que pasar noche en Tokio, que estábamos cansados y que el Hayabusa que habíamos reservado para el día siguiente salía muy pronto por la mañana, no quisimos alejarnos mucho de la estación. Así que reservamos en el recién abierto Tokyo Station Hotel, pegado a la estación, que es impresionante. Sólo pasamos una noche, pero nos encantó.

¿Qué visitamos y vimos en Hokkaido?
Nuestra base de operaciones en Hokkaido fue Sapporo, su capital. Esta isla tan al norte está mucho menos poblada que el resto de Japón y hay grandes extensiones de campo, cosa casi imposible de ver en el corredor entre Tokio y Osaka, por ejemplo. Sin embargo, Sapporo es una gran capital, con 2 millones de habitantes, una gran estación de tren con multitud de tiendas y de restaurantes, zonas de marcha llenas de karaokes, izakayas, más restaurantes, etc. Vamos, que quizás no tiene ese toque de megalopolis que tiene Tokio (pero seamos sinceros, ¿acaso lo tiene alguna otra ciudad?), pero no es, ni mucho menos, un sitio pequeño o sin cosas que hacer. Eso sí, estaba hasta arriba de nieve, y las aceras eran casi invisibles. Normalmente caminábamos medio metro por encima del nivel de la calle.

En Sapporo en estas fechas tenía lugar el yuki matsuri, un festival en el que podemos disfrutar de grandiosas esculturas de nieve y hielo, con espectáculos de luces y sonido proyectados sobre dichas esculturas. Hay también una rampa para hacer saltos con esquíes, y muchas esculturas más pequeñitas. Además, en el barrio de Susukino, que es la zona más típica de marcha, hay también esculturas de hielo. Muy interesante.

Otra de las ciudades interesantes para visitar en Hokkaido es Otaru, que está a unos 40 minutos en tren desde Sapporo. Allí tienen en estas fechas el yuki akari no michi, otro festival en el que en los canales de la ciudad colocan unas velas, que cuando cae la tarde resulta precioso de ver, pero sobre todo, el paseo lateral del canal, y luego una antigua zona de vías ferroviarias, están llenas de esculturas de nieve y hielo que en su interior tienen velas. Es espectacular y muy recomendable.


Asahikawa, la segunda ciudad más grande de Hokkaido, también es otra visita que se puede hacer en Sapporo, porque también tiene en estas fechas un festival en el que la calle principal peatonal de la ciudad se llena de esculturas de hielo. Además de que en las afueras hay una fantástica destilería de sake, muy famosa y que incluso salía en grabados japoneses en madera antiguos. ¡Y con degustación gratuita!
Y ya que estás en una zona así, en un mes en el que no deja de nevar ningún día, hay que aprovechar y acudir a algún onsen o baño termal. A ser posible que tenga rotenburo o baño al aire libre. Jozankei es un lugar perfecto para esto. Está a una hora en autobús desde Sapporo, y es un enclave repleto de hoteles construidos para aprovechar las aguas termales, en un precioso valle que, como es de esperar, está hasta arriba de nieve. No todos los hoteles tienen onsen con rotenburo, así que un poco de investigación previa es necesaria, pero el relax que luego tienes merece la pena.

Tokio y la gastronomía
Caminar todos los días con botas de nieve, a veces metiendo el pie hasta el muslo en nieve, resulta cansado. Así que cuando volvimos a Tokio, aprovechamos para relajarnos y para disfrutar de la gastronomía de esta ciudad, una de las mejores del mundo. La relajación vino a cargo de estar en un hotel como el The Peninsula Tokyo, con una impresionante piscina cubierta y otra piscina de burbujas. Todo ello con impresionantes vistas al Palacio Imperial y sus jardines. Es que daban ganas de no moverse de allí :)

Aprovechamos dos de los mediodías para quedar con amigos y comer hamburguesas. Sí, lo que oís. Y es que el panorama hamburguesero de Tokio se ha vuelto muy interesante (en el blog yo ya os he hablado de Brozers y Blacows, pero tengo más en la recámara).

Y luego aprovechamos las noches para disfrutar de cenas fantásticas, todas ellas diferentes entre sí. Primero estuvimos en el Sushi Bar Yasuda, regentado por Yasuda-san, que tras un montón de años con un restaurante muy famoso de sushi en Nueva York decidió volverse a Tokio. Ya os contaré, pero disfrutamos muchísimo, y el señor habla inglés sin mucho problema, con lo que además se podía tener una divertida conversación con el chef.

La segunda noche fuimos a Kawamura, un restaurante especializado en carne de Kobe. Pero no de la que venden aquí como Kobe, sino de la verdad. Además, este restaurante compra las reses que han sido campeonas cada año, por lo que no sólo nos aseguran que comamos carne de Kobe de gran calidad, sino encima la mejor. El precio, claro, acompaña. Pero qué carne. Madre mía…

La tercera noche nos fuimos a un 2 estrellas Michelín, que además en aquel entonces era el mejor restaurante de Asia según la lista de 50 Best (ahora ha bajado al número 2): Narisawa. Un chef de formación clásica francesa, que utiliza solo producto japonés muy pegado a la naturaleza en sus creaciones. Espectacular.

Y acabamos nuestro periplo tokiota con una cena en un 3 estrellas Michelín, que entonces estaba el número 2 en la lista de los 50 mejores restaurantes de Asia, aunque ahora acaba de pasar al 5º lugar. Pero vamos, que hablamos de sitios maravillosos, sea cual sea su posición en estos rankings: RyuGin, donde el chef Seiji Yamamoto, también con producto local, crea platos tradicionales, en algunos casos utilizando modernas técnicas de cocina, y también muy pegado a la estacionalidad japonesa. Un fin de fiesta perfecto.

En definitiva, un gran viaje, como podéis comprobar , y con muchas cosas que ya os iré contando con más detalle (tengo fotos de todas las cenas, por ejemplo :D).
Espectacular! Muchas gracias por el reportaje, como me gustaría visitar Hokkaido! :)
Lo tuyo ya intimida ;)
Gracias @Jose!!!! Es un sitio precioso, y tan nevado, resulta maravilloso. Aunque en primavera y otoño tiene que ser espectacular!!!!
@Juan por qué lo dices? ;)
Descubierto por casualidad y desde ahora fan numero 1. Mucha envidia y muy bien contado
Muchísimas gracias @Carmen! Ojalá tuviera más tiempo para poder dedicarle al blog (que Japonismo, el otro blog, me lleva mucho tiempo :D)
Era broma!, impresionantes los lugares que fuistes, tanto Hokkaido como Tokyo!y los de los restaurantes Michelin se abre el paladar al ver las fotos! Crees que Tokyo puede una de las capitales culinarias? Saludos!
Hola buenos dias en marzo del año que viene vamos a ir a Japon y tenemos dudas de ir o no
a Hokkaido que nos aconsejas y si afirmativo cuantos dias dedicar a la isla; un saludo
muchas gracias.
Hola. Yo creo que eso es algo muy personal. A mí me gustó, pero he ido a Japón muchas veces así que cuando fui, ya había visto muchas otras cosas del país. Si vais suficientes días, pues sí, por qué no. Depende también de si queréis hacer deportes de nieve, de cuántos días en total tenéis de vacaciones, etc. Si visitáis mi otra web, http://japonismo.com, tendréis más detalles de qué ver y hacer tanto por Hokkaido como por el resto del país y podréis planificar mejor el viaje.
Se me olvido decirte, vamos 20 dias no vamos a hacer deportes de invierno pero
tampoco pensabamos que hay tanta nieve en marzo-abril ; voy a echar un vistazo
a tu pagina gracias un saludo.
Hokkaido está muy al norte, el punto álgido del invierno es febrero (que es cuando se organizan los festivales de nieve de los que hablamos en Japonismo), así que en marzo sí, sigue habiendo nieve. Depende de si vas a finales de mes y ya cerca de abril, la nieve bajará, pero no tanto.