ACTUALIZACIÓN: el restaurante cerró las puertas de todas sus localizaciones hace ya algún tiempo.
La Vaca Picada es otra de esas hamburgueserías gourmet que tanto han proliferado en Madrid en los últimos años, y no les tiene que ir mal teniendo en cuenta que en poco tiempo han abierto 3 restaurantes (Las Tablas, Serrano y Diego de León), que siempre están muy llenos.

Lo primero que llama la atención cuando entramos es que, al contrario que muchos otros locales de hamburguesas, en La Vaca Picada no han intentado hacer un revival del estilo diner, ni de la estética Grease, ni nada por el estilo. Muy al contrario, la decoración es bastante moderna, lo que de vez en cuando se agradece, porque no da la sensación de estar comiendo en restaurantes clónicos.
También debo decir que todo el personal fue muy amable, y es que cuando vas con un niño, que se aburre pronto de estar sentado quieto en un sitio, lo que quiere es moverse, y todos los empleados le regalaron sonrisas a Eric en todo momento, así que en este aspecto, un 10.
El menú
El menú contiene muchas y variadas opciones distribuidas por secciones con nombres divertidos, aunque ojo con los tamaños de las hamburguesas, porque según lo carnívoros que seáis, puede que no os quede mucho sitio para nada más. En nuestro caso nos decidimos por los aros de cebolla, porque es algo que cualquier restaurante de hamburguesas tiene y es una buena forma de comparar estilos y calidades.
La ración de aros no es muy grande para los 6,90 euros que cuestan, aunque cada aro sí que es bastante grande. Vienen acompañados de salsa VP, la salsa especial del restaurante, que es un ketchup con hierbas aromáticas, que no está mal pero tampoco es nada del otro mundo. El rebozado es consistente, y también lleva algunas hierbas para darle un toque de sabor especial. No están mal, pero no son desde luego los mejores aros de cebolla que he probado.

Después de la hamburguesa nos decidimos por pedir también algo de postre, y escogimos de entre sus opciones la tarta del árbol, una tarta de manzana que viene con masa crujiente, según la carta, y con un poco de dulce de leche por encima, que venía calentita y estaba muy rica, aunque la masa no era demasiado crujiente. Pero merece la pena dejarse algo de sitio en el estómago para probarla (4,90 euros).

Las hamburguesas
En La Vaca Picada llevan a gala que utilizan lomo de cebón del norte para preparar sus hamburguesas, que pican a diario, y que luego se cocina sobre una parrilla de lava volcánica. La carne viene correctamente salpimentada, con lo que aunque la pruebes por sí sola no resulta sosa, aunque para mi gusto, las «hebras» de carne son demasiado grandes, como si se hubieran picado con un tamaño demasiado grande en la picadora. Además, en la mía, encontré una ternilla. Una pena para una carne de calidad.
Los tamaños son variados, aptos para todos los gustos y todos los estómagos, porque los tienes de 160 gramos, 250 gramos, 500 gramos y 660 gramos, este último mencionado en la carta junto con la frase «y si te atreves…». Todas incluyen, además, patatas fritas o patata asada.

Laura se pidió la hamburguesa Imperial de 250 gramos, con foie fresco y cebolla caramelizada de frambuesa y la pidió al punto. El punto de cocción, como se puede comprobar en las fotos, se respeta bastante, aunque quizás viniera un poco por debajo de la temperatura solicitada, pero la comensal no se quejó por ello.

Yo me atreví con una hamburguesa La Vaca Picada de 660 gramos, con cebolla crujiente, queso Philadelphia aromatizado, láminas de tomate raf y salsa VP (que se sirve aparte). En mi caso, la hamburguesa venía un poco más hecha de lo normal, y sobre todo, con una cocción no del todo uniforme.

Edu se pidió la hamburguesa de León, también de 660 gramos, que lleva láminas de cecina de León, huevo de aldea frito, láminas de tomate raf y hoja roble. En su caso, también tenía un punto de cocción algo más hecho de lo que la había pedido, y el exterior de la hamburguesa, al ser tan grande, había quedado demasiado hecho. Y es por eso que no suelo recomendar pedir hamburguesas tan grandes, aunque yo a veces las pida para poder hablar sobre ellas (pero alguien se tiene que sacrificar :D).

El pan es de tipo brioche, aunque no demasiado dulce (lo que para mí es bueno), pero resulta poco consistente, y más cuando pides hamburguesas grandes, sobre todo porque como suele ocurrir con muchos restaurantes de este tipo, el tamaño de pan es único, aunque los tamaños de hamburguesas sean diferentes. Así, a Laura le sobró pan en su hamburguesa de 250 gramos, y a nosotros nos sobraba carne con la de 660 gramos. Algún día espero encontrar un restaurante donde haya diferentes tamaños de panes para los diferentes tamaños de hamburguesa, para que siempre encajen perfectamente.

En general, las combinaciones de la carta son numerosas y para todos los gustos, prácticamente todas bastante gourmet, como gustan de decir en el restaurante. Y aunque las hamburguesas no están nada mal, el pan no acompaña perfectamente a la carne y para ser lomo de cebón, no es todo lo tierna que debería, quizás por estar poco picada.

De todas formas, para mí la crítica principal que se puede hacer a La Vaca Picada son los precios. Por ejemplo, la hamburguesa clásica, con queso, tomate y lechuga, y la más pequeña, de 160 gramos, cuesta 9,15 euros, que sitúa a La Vaca Picada entre los restaurantes de hamburguesas más caros. Y si nos vamos a las de 500 o 660 gramos, los precios se disparan mucho más. La clásica ya mencionada, pero de 500 gramos, cuesta 18,15 euros, bastante más que otras opciones similares en otros restaurantes. Y la clásica de 660 gramos se va hasta los 22,15 euros. Sinceramente, para poder pagar ese precio por una hamburguesa, por muy gourmet que sea, tiene que ser excepcional sin ningún tipo de duda, y éstas no lo son.
Datos de interés
A continuación os pongo los datos y el mapa de rigor para que podáis llegar sin perderos. Y si vais en fin de semana, no os olvidéis de llamar para reservar, que se llena mucho. La web, eso sí, como en muchos restaurantes, deja mucho que desear, porque cuando llegas a la parte del menú, sólo lo tienen en formato PDF.
Me alegro de que te gusten Marta!!! Te gusta la carne muy hecha, de verdad???? Qué pena, si pierde toda la jugosidad :D
Pero bueno, para gustos los colores jajaja.
Bueno, hace tiempo que lo estoy pensando pero ha llegado el momento de hacerte una pequeña cabronada: The Works. Posiblemente la mejor hamburguesería que he probado. Échale un ojo al menú (la web es un poco mierda, te aviso) y empieza a preparar tu visita a Canadá :)
http://worksburger.sitebenefits.com/Menus/OurMenu/tabid/105198/Default.aspx
Tío, te voy a empezar a odiar desde ya… Mira que me gusta viajar y probar hamburguesas, pero que encima me las pongas en un comentario, tiene delito…
De todas formas, lo tiene complicado para superar algunas de las hamburguesas que he probado, eh? A ver si voy a ir yo a tu blog a hacerte lo mismo con sitios lejanos :)
Cuando volvamos a Canadá, eso sí, no se me olvida (aunque ya he estado 2 veces en Toronto, lo suyo sería cambiar de ciudad :P).
Habrá que ir a Canadá! Jejeje…
Yo en la vaca picada no he disfrutado del todo… No estaba mala la hamburguesa, pero el pan me pareció malillo (me pedí la León, pequeña, y le costó lo suyo mantener la compostura)
Tampoco me gustó demasiado la iluminación del local… esa luz tan azul a mi parecer le quita apetitosidad a los platos…
jajaja nos apuntamos a un bombardeo, eh Henar? ;)
El pan de la Vaca Picada era regularcillo, sí, y la iluminación desde luego que era diferente… Incluso tocando el balance de blancos, que para eso hice las fotos en RAW, siguen teniendo ese tono azul… Pero claro, si es que la luz era azul :)