Norled, el ferry de Stavanger a Bergen

En un país con una costa tan impresionante como Noruega, desplazarse en ferry entre ciudades es una buena opción, sobre todo si te gusta salir a cubierta y ver el paisaje. Eso hice yo en mi último viaje a Noruega, cuando viajé entre Stavanger y Bergen con un ferry de la compañía Norled.

El ferry (que en la nomenclatura de Norled en realidad es un express boat, ya que también tienen ferries propiamente dichos) se toma en Stavanger en la terminal Fiskepir, no muy lejos del centro de la ciudad, y el precio para el viaje de ida hasta Bergen es de 400 coronas noruegas, o unos 48 euros al cambio. Si el viaje va a ser de ida y vuelta, el precio de cada trayecto se reduce a 240 coronas, para un total de 480 coronas. Como veis, ¡sale mucho mejor de precio ir y volver! Si queréis calcular los precios y los horarios de las diferentes rutas, podéis visitar la página de reservas online de Norled.

Eso sí, tened en cuenta que un viaje de este tipo dura 4 horas y 25 minutos. En realidad, la distancia entre Stavanger y Bergen es de 160 kilómetros, que no es mucho, pero el ferry hace varias paradas y desde luego no es que sea el medio más rápido, aunque sí muy bonito. Así que mejor llevaos algo de comer y de beber para no pasar hambre :)

Y por supuesto, os recomendaría llevar algo de abrigo para subir a cubierta y no helaros, porque el camino desde ahí arriba es bonito y merece mucho la pena subir. Mejor también si lleváis una cámara con zoom suficiente, o un teleobjetivo, porque aunque os gustará hacer fotos del paisaje en general, seguro que os gustará también poder capturar los detalles de todos los sitios por los que iréis pasando.

En mi caso, además, tuve la suerte de pasar al puente, y ver cómo se navega uno de estos barcos. La cantidad de tecnología que hay en ese reducido espacio es impresionante, y hasta me dejaron controlar el ferry en la aproximación a una de las paradas intermedias. Me explicaron las boyas que tenía que tener en cuenta, tanto visualmente como en el radar, para hacer pasar el ferry por ese camino, y el mano que se utiliza como timón es de una sensibilidad tremenda. Un pequeño toque con la mano, muy sutil, hacía que el ferry girase mucho más de lo esperado.

Cuando nos acercamos a Bergen, las vistas son de una belleza impresionante. Si hay un momento para subir a cubierta, es éste. Y es que a medida que nos vamos acercando a la ciudad vamos viendo los grandes cruceros allí atracados, que te hacen sentir muy pequeñito cuando pasas a su lado.

Vemos entonces cómo se abre la ciudad ante nosotros, según nos adentramos en el puerto. Esa visión de preciosas casas en la ladera de la colina es una de las vistas más bonitas del camino, y sólo podéis disfrutarla desde allí, desde el ferry.

Finalmente el ferry llega a la terminal Strandkai de Bergen, justo enfrente de Bryggen, la preciosa zona con casas de coloridas fachadas de la época hanseática de la ciudad de la que ya os hablé.