Acabamos la semana cordobesa de fotos, aunque tengo muchas más, con una imagen de uno de los patios que se pueden visitar en el precioso Palacio de Viana.
En este caso y al igual que ya ocurriera con aquella foto que os mostré del exterior de la Mezquita-Catedral, el componente humano adquiere especial relevancia. Y es que los patios de este palacio del siglo XIV son una preciosidad, pero el contexto que aporta la presencia de alguien en ellos hace que sean más interesantes.

Todo depende, claro, de qué tipo de historia queramos contar con la foto. Muchas de las fotos que tengo del Palacio de Viana son de los patios sin gente, para poder contar mejor todo lo que se puede ver allí y sin que haya distracciones visuales (sobre el palacio y sus 12 patios y un jardín ya escribiré más adelante).
Pero en un día de calor como el de la foto, con esos lugares llenos de plantas, flores, de fuentes, etc., poder sentarse un rato en uno de ellos era una manera fantástica de recuperar el aliento antes de continuar la visita, antes de volver a estar bajo el dominio del sol abrasador del mayo cordobés.