Con el verano recién estrenado, exámenes terminados del semestre y todavía mucha carga de trabajo en la oficina, la necesidad de vacaciones se vuelve imperiosa. Y mientras llegan, poder recordar otras vacaciones pasadas en lugares paradisiacos, como las Seychelles, al menos sirve para relajarse.
La foto está tomada en la isla de Praslin, la segunda más grande de las que componen el archipiélago de las Seychelles, y está tomada antes de ir a la isla Curieuse a ver las tortugas gigantes que por allí campan a sus anchas. Las playas de arena fina y las aguas de azul turquesa parecían sacadas de postal. De hecho, las imágenes no captan completamente la realidad de estar allí y vivir aquello en primera persona.

Si os digo la verdad, lo más probable es que el hombre de la foto con su barca no fuera pescador pero bueno, es una licencia literaria. Después de esta isla estuvimos Anse Lazio, una preciosa playa en la misma isla y de allí nos fuimos a La Digue, la tercera isla en tamaño y donde se encuentra una de las playas más bonitas en las que he estado, Anse Source D’Argent y de allí nos fuimos a Mahé, la isla principal y en la que se encuentra la capital.