Entre entradas con información turística, otras de restaurantes, o de hamburguesas, a veces queda poco espacio para la fotografía sin más. Sí, todas mis entradas están apoyadas fuertemente por imágenes, pero hoy quería que fuera al revés, que las imágenes fueran las protagonistas. Y para ello he escogido una selección de fotos de mi primer viaje a Japón, en julio de 2003.
Estas fotos no son las típicas fotos de paisajes, que para eso ya tengo otro tipo de entradas (o en el caso de Japón, incluso Japonismo), sino que son fotos más curiosas o, al menos, diferentes. Y debo decir que algunas de ellas fueron tomadas con mi réflex de carrete, una Canon EOS 30, y luego escaneadas. Otras están hechas con mi primera cámara digital, una Casio de la que no recuerdo ni el nombre, de 2 MP y óptica muy normalita, pero que por aquel entonces era una buena opción.










Qué color! Qué carrete usabas?
Pues no recuerdo, sé que era Fuji (pero creo que no era un Velvia :D)
A veces, cuando vamos de viaje, nos empeñamos tanto en buscar la foto técnicamente impecable y nos olvidamos de esos momentos en los que disparamos casi sin pensar, a una persona que nos llama la atención o a un detalle «sin importancia».
Personalmente me gustan mucho, y lo de las limitaciones técnicas… bueno, para mí es lo de menos :)
Gracias por el comentario. La verdad es que la perfección técnica a veces es lo de menos, y por culpa de ella, muchas veces no te atreves a darle salida a ciertas fotos (en este caso, sobre todo, por la baja definición).
Me alegro de haberlo hecho :)