ACTUALIZACIÓN: el restaurante cerró sus puertas hace ya algún tiempo, en 2016.
Si eres un apasionado de las hamburguesas como yo, la noticia de que ha abierto un nuevo restaurante especializado en este plato en tu ciudad, y más cuando está tan céntrico como Rock and Roll Madrid, es una gran noticia.

Si además acudes a cenar con un grupo de amigos, y además los socios te cuentan los motivos de abrir el restaurante, sus decisiones en cuanto a panes, carnes y platos de la carta, la experiencia mejora por momentos. Y si tras la cena puedes tomar un gin&tonic tranquilamente sentado en uno de los sofás del restaurante, entonces para qué pedir más.
El local
El restaurante está dividido en 2 partes bien diferenciadas, una nada más entrar que cuenta con la barra y una estancia con mesas altas y taburetes y algunos sofás, y luego el salón propiamente dicho, donde comeremos o cenaremos. Pero como nos contaban, la realidad es que hay gente que se siente en los sofás y pide ahí la comida, así que sin problemas. Aunque sobre todo, esta zona es ideal para tomarse unas copas una vez que ha cerrado la cocina.

Y es que uno de los grandes aciertos de Rock and Roll Madrid es no quedarse únicamente en restaurante de hamburguesas, sino dar esa opción de bar de copas, que junto con su localización tan céntrica es perfecta para acabar la noche con los amigos aunque hayamos estado en otro sitio previamente.

Y por supuesto, la música está muy presente en el local. Hay un gran mural de Mick Jagger en la pared del fondo del salón, y luego cada una de las meses es «temática», con el logotipo de alguna banda clásica del rock. Además, por si fuera poco, la entrada los baños se hace a través de unos murales de Kurt Cobain y Courtney Love. Eso sí, si es la primera vez que vais, igual ni lo veis, pero empujad sin miedo la puerta y entraréis en el baño.
La carta
Lo mejor de todo fue poder probar 6 entrantes diferentes, 3 de ellos de los más exitosos de la carta, y otros 3 de la nueva carta. Ya, hablamos de un restaurante que lleva poco tiempo abierto, y ya están añadido platos y modificando la carta. Y es que su chef, Carlos, no para quieto ni un momento y siempre está pensando en nuevas ideas.
Quizás de lo que más me gustó es que tiene grandes dosis de inspiración japonesa, y eso para un loco de Japón como yo siempre es bienvenido. Y ni que decir tiene, que resulta un tanto atípico encontrar platos de inspiración japonesa en la carta de un restaurante de hamburguesas. Aunque por supuesto, también tienen los entrantes típicos que todos esperamos en un local así: aros de cebolla, nachos con guacamole, alitas de pollo, etc.
De los platos que ya estaban en la carta probamos el agedashidofu o tofu frito con verduras, un plato de tofu caliente, que se sirve en dados, pasado por la sartén, y con un caldo a base de salsa de soja, mirin y dashi y con katsuobushi o copos de bonito seco por encima. Muy rico, y sobre todo, sabroso, lo que es genial porque como sabéis, el tofu es bastante insípido de por sí.

Luego probamos unos langostinos rebozados en tempura de maíz que estaban riquísimos, y seguimos con pollo rebozado al estilo japonés, un tori no karaage, que es uno de mis platos favoritos cuando visitas Japón y encuentras puestos de comida en todos los festivales. En este caso, además, venía con varias salsas, algunas picantes y muy ricas.


De entre los platos nuevos, probamos unas deliciosas albóndigas de buey rebozadas en patata y especiadas con cilantro, para luego seguir con unos espárragos trigueros de agricultura ecológica con queso maasdam gratinado por encima, que me encantaron, y finalmente unos bombones de foie con paté de trufa y virutas de manzana verde y melón. Como os decía, no son los típicos platos de un restaurante de hamburguesas.



Lo que ya no probamos, porque no nos quedaba sitio en el estómago tras los entrantes y luego la hamburguesa, fueron los postres, pero cuentan con postres tan típicamente americanos como el brownie, la tarta de manzana, la tarta de lima de los Cayos, o el cheesecake. Sin duda tengo que volver a probarlos.
Las hamburguesas
Y tras los entrantes, llegó el turno de las hamburguesas. Todas las hamburguesas de la carta llevan el nombre de un cantante, y podemos encontrar en ella una hamburguesa vegetariana, otra para celíacos, una de pollo, y en breve habrá una de atún. Todas incluyen patatas fritas, gajo o asada, y los precios oscilan entre los 7,80€ de la John Lennon, la más sencilla, a los 14,80€ de la Jim Morrison, que lleva carne de buey de raza wagyu.

Cada hamburguesa es de 200 gramos de carne de cebón, y por lo que me comentaron, su proveedor es SoloBuey, una de las empresas más reconocidas en el sector cárnico español. Eso sí, la carne les llega ya picada y preparada para hamburguesa, lo que hace que el resultado final quede algo compacto para mi gusto, aunque el punto solicitado de la carne se respeta sin problemas.

El pan es artesano y especialmente hecho para ellos, y según me contaron, tuvieron que probar muchos panes hasta encontrar uno que se adaptara a lo que estaban buscando. Y curiosamente, el chef recomienda probar la hamburguesa con el pan sin tostar, pero si lo pides, te lo tuestan. Yo, como sabéis, lo prefiero ligeramente tostado. Lo cierto es que el pan complementaba la hamburguesa y no se desmontaba.

Yo pedí la Kurt Cobain, que además de la carne, lleva especias mexicanas, pimiento de Guernica, queso cheddar, cebolla morada y una salsa de chipotle que le da un toque picante pero no demasiado excesivo.
Hmmm… No dice nada sobre las cervezas… Algo notable?
@Antonio, en cuanto a cervezas, estándar. Mejor gin tonics :)
:)