Vacaciones gastronómicas: Marbella y Fuengirola

Como ya comenté en otras entradas, tenía pendiente hacer una breve recapitulación de lo que dieron de sí las vacaciones de verano por Andalucía. Aunque conociéndome, «breve» será equivalente a «bastante larga». Pero es lo que hay… :)

Lo he dividido por las bases de operaciones utilizadas, para no ser tan pesado. Así que comienzo con Marbella, que sirvió de base de operaciones durante 5 días, durante los cuales aprovechamos para hacer una excursión a Fuengirola. Pero no adelantemos acontecimientos.

Sí os diré que, al contrario que otras vacaciones, en estas no hubo mucho turismo propiamente dicho, sino más bien gastronomía a tope y playa el resto del tiempo. Había planificado muchos más sitios, tanto en Marbella como alrededores, y la verdad es que me quedé con las ganas. Pero había los días que había y, en cuanto veáis cómo distribuimos los días, no estuvo nada mal planificado. Y fueron vacaciones de verdad porque no me llevé ni la cámara, ni trípode ni nada. Sólo el móvil para hacer fotos.

Día 1: El Estrecho y Messina

Llegamos algo más tarde de lo que me hubiera gustado, pero al final, entre llegar al aeropuerto, vuelo, recogida de equipajes, recoger el coche de alquiler y llegar hasta Marbella, se nos echó el tiempo encima. Decidimos alojarnos en el Hotel Amare, que está muy bien situado, con su piscinita y su zona de playa para clientes.

Marbella

La ventaja, además, es que al estar en un extremo no había masificación de gente. De hecho, a pesar de que los precios de los hoteles hablaban de una altísima ocupación en la ciudad en agosto, en aquella zona se estaba muy, muy bien.

Marbella

Como era algo tarde, fuimos al casco antiguo pero no a pasear, sino a ver si algún lugar seguía abierto donde poder comer algo. Uno de los que tenía en mi lista lo estaba, El Estrecho, y allí pedimos salmorejo, boquerones al limón y ensaladilla. El salmorejo era pasable pero no el mejor de los que he probado. Pero la ensaladilla y los boquerones eran fantásticos. No quisimos comer mucho más para no estropearnos la cena.

Marbella
Marbella

Y es que para cenar teníamos reserva en Messina, el restaurante del chef Mauricio Giovanini con una estrella Michelín. Para hacer tiempo, aprovechamos para pasear un poco más por el Paseo Marítimo y relajarnos un poco.

Marbella

La cena en Messina fue fantástica y la selección de vinos del maridaje también nos gustó mucho. Lo que menos me convenció fue las sillas, que eran algo incómodas. El servicio de 10, además, muy atento y amable. Platos destacables, diría que todos. El erizo mi cuit, la cigala con Jabugo, el centollo de dos maneras, el salmonete, los garganelli, el pichón… Y, sobre todo, una gran relación calidad-precio. Una gran forma de comenzar las vacaciones, sin duda.

Messina
Messina
Messina

Día 2: Casco antiguo, Churrería Ramón, Altamirano, La Niña del Pisto y Ta-Kumi

Este segundo día fue una barbaridad gastronómicamente hablando. De hecho, fue el único día que desayunamos, pero es que no quería irme sin probar los churros en Marbella. Fue también el único día que, en lugar de relajarnos en la playa hasta la hora de comer, nos dedicamos a pasear por el precioso y recoleto casco antiguo de Marbella.

Marbella
Marbella

Allí, nos sentamos en la Churrería Ramón a desayunar unos churros. El problema es que ya no era tan temprano y, además, que la ración para dos personas era más que generosa. Ese día hubo mucha discusión en mis redes sociales sobre si eso eran churros o porras, pero sinceramente, allí los llaman churros y, pese a la apariencia, no tienen nada que ver con las porras de Madrid. Y es que Madrid no siempre es el centro del mundo (y os lo dice un madrileño que es más chulo que un ocho).

Churros en Marbella

Para comer pasamos por Altamirano a picotear un poco. Sabía que no era el mejor sitio para la tortillita de camarones y que las tomaríamos más adelante en las vacaciones, pero quería probar. Y no estaba mal del todo, pero no era la mejor de las que probamos ni de lejos. Pedimos también unos chipis y una de adobo, que ambas estaban muy bien. Con los tamaños de las raciones, y el desayuno, estábamos más que bien.

Altamirano

Pero el día anterior me había quedado con las ganas de visitar otro lugar de mi lista, La Niña del Pisto, que ya estaba cerrado cuando llegamos. Así que para allá que fuimos y tomamos un salmorejo, unas berenjenas con miel y un flamenquín, todo muy cordobés. Este salmorejo era canela fina, y en realidad todo estaba estupendo.

Niña del Pisto

Pero todo ello fue una barbaridad. Porque luego teníamos reserva en Ta-Kumi, el considerado como mejor japonés de la ciudad. Y la reserva era a hora más o menos temprana. Así que cuando llegamos, no teníamos tanta hambre. Y pese a ello y ya que era nuestra primera vez, nos decidimos por el menú degustación para poder probar un poco de todo, regado con champán.

Ta-Kumi

Estábamos sentados en la terraza, y el menú comenzó bien, con ostra, tartar de atún con regañá (me encantan las regañás y me puse morado durante este viaje), un usuzukuri de jurel y un sashimi de gran calidad, con un corte grueso y delicioso. Los nigiri fueron muy buenos, sobre todo porque el arroz tenía el punto perfecto de temperatura y cocción y el tempura roll también nos gustó mucho.

Ta-Kumi
Ta-Kumi

Sin embargo, los platos principales me dejaron algo más frío, en primer lugar el bacalao negro con miso, que es ya casi un lugar común en ciertos restaurantes japoneses y luego el solomillo de ternera con setas shiitake, que estaba bien pero le faltaba profundidad.

Ta-Kumi

Sin embargo, lo peor fue el servicio. No sé qué pasó aquella noche, si es que había poco personal o qué, pero tardaban muchísimo en servir, se equivocaban constantemente, traían los platos y decían el nombre y casi te los soltaban en la mesa, y alguna vez que preguntamos algo sobre una de las salsas, nos dijeron el nombre de la salsa pero la camarera no sabía nada más. Fue un poco decepcionante porque la comida fue buena, pero para el precio que pagamos, el servicio no estuvo a la altura.

Día 3: La Milla Gastro-Beach, Fresca Passione y El Lago

El tercer día hicimos algo de playa y luego nos fuimos dando un paseo (un gran paseo) hasta La Milla Gastro-Beach, un chiringuito en plena playa con producto de gran calidad y una bodega fantástica, recomendado siempre por Mister Espeto, un gran conocedor del panorama gastronómico marbellí (y de muchos más sitios, debería decir).

Estuvimos una hora caminando bajo un sol de justicia, pero ya que íbamos a comer bien y luego teníamos una cena también interesante, y en vista de lo llenos que acabamos el día anterior, quería hacer hambre.

Marbella

Allí pedimos unas gambas cristal fritas con pimientos asados que eran una verdadera maravilla. También pedimos gamba roja a la plancha que tenían el toque justo de calor, con un tamaño estupendo y un sabor increíble. Seguimos con un espeto de sardinas muy bueno, unos boquerones a la donostiarra, con ajo y templados, y uno de mis platos favoritos, pil pil de langostinos.

Por supuesto, si el día anterior hubo controversia entre churros y porras, este día lo hubo sobre el pil pil. Evidentemente era su interpretación, no un pil pil clásico, pero es así como se llama el plato. Y si vais, dejar sitio para mojar pan porque la salsa es adictiva.

La Milla

El servicio también muy atento y agradable, y además pudimos hablar con uno de los socios que nos contó un poco más sobre el proyecto y pudimos comprobar la pasión que le ponen y las ganas de hacer las cosas bien. Evidentemente, no es barato, pero el buen producto hay que pagarlo, con lo que salí muy contento.

La Milla

Al salir, fuimos dando una vuelta por la playa, cuando nos cansamos de caminar por la arena (se hundía mucho) salimos y nos acercamos hasta Fresca Passione, una heladería artesana recomendada por amigos de allí y muy buena.

La cena la teníamos en El Lago, otro restaurante con estrella Michelín pero que, por su ubicación a las afueras de Marbella, a veces puede quedar en un plano secundario para los que visitan la ciudad. Y no debería ser así. Las vistas que hay al lago del que toma nombre son fantásticas, y poder cenar en la terraza mientras va cayendo el sol es una maravilla.

El Lago

Allí nos decidimos por el menú degustación con maridaje de vinos de la tierra, para poder probar cosas que normalmente no encuentras en otros restaurantes y ciudades. Y fue todo un acierto. El menú me pareció una maravilla pero es que además, el precio estaba muy, muy ajustado. Un lomo de jurela en escabeche delicioso, un steak tartar de retinta con queso emborrado y una crema de huevo frito que era una locura de buena, fantástico el lomo de salmonete así como el lomo de ciervo con berenjena asada y postres muy frescos y ligeros.

El Lago
El Lago
El Lago
El Lago

Día 4: Vovem y Dani García

El siguiente día fue día relajado, de playa antes y después de comer. La comida la reservamos en Vovem, en el segundo local que han abierto en pleno paseo marítimo, un lugar especializado en carnes. Y ya que durante estos días el plan era mucho pescado, no parecía mala idea. Mi idea original hubiera sido acercarme a Las Salinas, pero como decía al principio, no daba tiempo a todo.

Vovem

Aquí pedimos unas croquetas de rabo de buey muy buenas, un tartar de Simmental premium con helado de mostaza a la antigua y luego una pieza de carne. La variedad de carnes era buena y la cocción también. Pero el servicio fue algo despistado. Teníamos, además, reserva a primera hora, y todavía no estaban preparados para comenzar el servicio, así que estuvimos un rato sentados sin que nadie viniera a darnos cartas.

Para la cena, teníamos reserva en el restaurante de Dani García en el hotel Puente Romano, con dos estrellas Michelín. Y ya que íbamos, pues fuimos a por todas, y probamos el menú degustación Caleidoscope y nos decidimos por la Armonía Grand Cru para los vinos, ya que queríamos probar alguno de esos grandes vinos y no escatimar en gastos.

Dani García

El servicio fue fantástico, muy atento, siempre dando mucho detalle, nos encantó el pase a cocina, etc. La trilogía de gazpachos, con los que comenzamos el menú, fue fantástica, a cada cual mejor.

Dani García
Dani García

La gamba roja con ajoblanco de pistacho fue otro platazo, al que siguió la lata de caviar, el buey de mar a la romana, unas anchoas espectaculares, urta con manteca colorá, atún con chili-mole, falso risotto de piñones, un pato fantástico y, claro, al haber carro de quesos, tuvimos que pedirlos. La selección fue genial y nos recordó, como no puede ser de otra manera, la cena que hicimos en Santceloni, donde los quesos tienen un protagonismo especial. Y si algo me gusto mucho, mucho, fueron los postres.

Dani García
Dani García
Dani García

A veces en este tipo de restaurantes los postres no han estado a la altura del resto del menú, pero los de Dani García me gustaron muchísimo. Un buen whisky para acabar (Macallan, esta vez, que suele ser mi favorito cuando no voy a por los japoneses) y paseo de vuelta para bajar la cena.

Dani García

Día 5: Los Marinos José y Skina

El quinto día pasamos la mañana en la playa, relajándonos y leyendo, todo con mucha calma y luego nos fuimos hasta Fuengirola. No para ver nada especial sino para comer, ya que teníamos reserva en Los Marinos José, uno de esos templos de producto de mar, imprescindible. Además de un fantástico producto, la bodega no se queda atrás.

Los Marinos José

Tomamos unas coquinas deliciosas (aunque alguna con algo de tierra), unas gambas blancas y rojas a la plancha que eran una verdadera maravilla de tamaño y un salmonete soasado espectacular, media gallineta también buenísima y unos chopitos maravillosos.  Me quedé con las ganas del tartar de quisquillas con caviar, pero no tenían quisquillas ese día. Y además de buenos vinos, también tienen buenas ginebras así que aproveché para tomar un gin&tonic de Bols, ginebra holandesa que es una de mis favoritas.

Los Marinos José

La tarde la pasamos de nuevo en Marbella relajándonos hasta la hora de ir a cenar a Skina, otro estrella Michelín donde también tomamos el menú degustación Andalucía, regado con champán.

En la playa

Aquí el precio era algo más elevado que en Messina o El Lago, y aunque también me gustó mucho, no fue mi favorito de todas las cenas espectaculares que hicimos. El plato de quisquillas, escabeche y tomates me encantó, así como el arroz meloso de bacalao con brandada de sus kokotxas. El San Pedro, el pichón o el pesto de calabacín fueron también buenos platos pero algo menos redondos.

Skina
Skina
Skina

Día 6: Lobito de Mar y salida hacia Vejer

El sexto día partíamos hace Vejer, pero aún nos daba tiempo a comer en Marbella antes de salir. Así que cuando me enteré de que Dani García iba a abrir Lobito de Mar, quise probarlo sí o sí. El local es espectacular y está montado con un gran mimo, con una barra que no deja de tener actividad y una mesa de producto nada más entrar que ya da una idea de que comeremos bien.

Lobito de Mar

Nosotros llegamos pronto, cuando el restaurante todavía estaba a un cuarto de ocupación y la verdad es que el servicio fue impecable, aunque había escuchado experiencias regulares de otras personas. Tomamos unas anchoas con jugo de aceituna buenísimas, ostras, ensaladilla rusa machacada de gambas y aceitunas (con regañás, como no :D), un fantástico tartar de descargamento de atún que sólo tenía un toque de aceite de oliva virgen extra y que no necesitaba nada más, un muy buen plato de salazones, conserva y semi-conserva de atún y para terminar, unos boquerones al limón muy buenos también.

Lobito de Mar
Lobito de Mar
Lobito de Mar
Lobito de Mar

Y no nos olvidemos de los postres, uno el Happy Hippo, muy conseguido, y la tarta de queso payoyo, que si os gusta el queso con sabor fuerte, os encantará (aunque no es para todos los públicos).

Lobito de Mar

La verdad es que no me quejo de todo lo que comí y de la planificación que hice, pero me quedé con las ganas de más. De mucho más.

Luis
Luis

Luis es el fundador y director de Japonismo.com, la mejor página web sobre Japón. Tiene un máster en estudios contemporáneos de China y Japón y además es ingeniero de telecomunicación. Antes de dedicarse a Japonismo fue program manager en Google, en Londres.

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5 comentarios

  1. Impecable el artículo una verdadera guía para un turista que visita Marbella Luis, ya la guarde para tomar nota de ella. Me encanta la forma de redactar, tan fresca y coloquial, con algunos términos muy locales, realmente es un placer, una consulta, el tema del maridaje de vinos y las fotos de 6 botellas , son solo muestras no jejeje , por suerte el artículo lo leí después de almorzar, con lo cual no fue tan duro leer sobre esos platos tan buenos , muy bueno, gracias

    • Muchas gracias Farid. Lo del maridaje suele ser una copa cada plato o cada dos platos, así que no sales borracho, jaja. Gracias por pasarte a comentar.

  2. Gracias Luis, los que vivimos este tour gastronómico en directo agradecemos el compendio con todo lujo de detalles. Una auténtica guía para los que son de fuera y para los que somos de Málaga también. Algún sitio me extraña pero no lo diré. Hecho de menos los precios, sobre todo de los menús degustación con maridaje, pero imagino que es política de la casa no decir precios.
    Por último un agradecimiento a artículos de este tipo en el que se nota la imparcialidad, lejos de otros shows a los que últimamente estamos (por desgracia) acostumbrados.
    Enrique
    PS Hay días que no sé como pudiste acabar con todo… ;-)

    • Hola Enrique, gracias por el comentario. ¿Qué es lo que te extraña? Sobre los precios, decidí no ponerlos porque en muchos casos en las web de los restaurantes los encuentras, y no quería que nadie pensara que estaba «chuleando», simplemente quería contar mi experiencia de forma resumida en algunos de los sitios más interesantes que pude encontrar. Aunque en otros casos, al no ir de menú degustación, realmente ya no recuerdo lo que pagué, sólo que era una pasta y prefiero pasar página lo antes posible jajaja. Yo tampoco sé cómo pude acabar con todo, la verdad jaja

    • Sólo hay un sitio que no me cuadra, pero porque estuve este verano y me pareció que está fuera del grupo del resto. Pero por mi experiencia personal, por eso no diré cual. Lo olvidaremos, así como lo que hay que «invertir» en estos lugares… abrazos

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